La residencia donde las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal pasaron sus últimos diez meses antes de sus trágicas muertes el 25 de noviembre de 1960, es uno de los mayores atractivos de esta región. Fue declarada como museo el 8 de diciembre de 1994 y cuya misión es preservar la memoria de estas tres mujeres.